Así es la vida, quien ayer me quería hoy no me quiere, quien ayer vivía hoy no vive.
Muchos hablaran estos días de su calidad artística, muchos recordaran que amaba a Verdi pero su garganta amaba a Donizetti, muchos hablaran de su entrega al trabajo y sus esfuerzos en el escenario, muchos comentaran de sus duetos líricos, algunos recordaran sus polémicas sentimentales y quizás están los que se acordaran que fue el hombre que sacó la opera de la élite y la llevo al pueblo.
Yo me voy a fijar, en otro aspecto, para mi, mucho mas importante. Yo voy a recordar su trabajo desinteresado para recopilar fondos para la ayuda a refugiados de guerra. Yo voy a recordar su trabajo a favor de la Cruz Roja Internacional. Yo voy a recordar que cuando Arrigo Polo lo encumbro a los escenarios lo primero que hizo fue sacar a su madre de la fabrica de cigarros. Yo voy a recordar, que si cenabas en su restaurante de Módena, pasaba al lado de tu mesa, saludaba y si no conocías su idioma se disculpaba y decía “Ringrazio da venire”. Yo voy a recordárle cantando música popular:
1 comentario:
Esas pequeñas cosas son las que hacen de un hombre alguien grande. No su fama ni su currículo.
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