sábado, 8 de septiembre de 2007

Luciano Pavarotti

Ha muerto un hombre grande.

Así es la vida, quien ayer me quería hoy no me quiere, quien ayer vivía hoy no vive.

Muchos hablaran estos días de su calidad artística, muchos recordaran que amaba a Verdi pero su garganta amaba a Donizetti, muchos hablaran de su entrega al trabajo y sus esfuerzos en el escenario, muchos comentaran de sus duetos líricos, algunos recordaran sus polémicas sentimentales y quizás están los que se acordaran que fue el hombre que sacó la opera de la élite y la llevo al pueblo.

Yo me voy a fijar, en otro aspecto, para mi, mucho mas importante. Yo voy a recordar su trabajo desinteresado para recopilar fondos para la ayuda a refugiados de guerra. Yo voy a recordar su trabajo a favor de la Cruz Roja Internacional. Yo voy a recordar que cuando Arrigo Polo lo encumbro a los escenarios lo primero que hizo fue sacar a su madre de la fabrica de cigarros. Yo voy a recordar, que si cenabas en su restaurante de Módena, pasaba al lado de tu mesa, saludaba y si no conocías su idioma se disculpaba y decía “Ringrazio da venire”. Yo voy a recordárle cantando música popular:

1 comentario:

Jo mateixa dijo...

Esas pequeñas cosas son las que hacen de un hombre alguien grande. No su fama ni su currículo.