miércoles, 12 de septiembre de 2007

Berlanga live

En la playa de Málaga hay un curioso y popular restaurante en el que viví una fantástica comida, no por la comida en si misma si no por el ambiente que se ha creado para el goce y solaz de patrios y foráneos

El restaurante en cuestión, si no se visita, si solo te lo cuentan, no te lo crees, parece sacado de una película estrafalaria de Berlanga.


Esta en la playa, típico merendero “ido a mas”, te sientas en una mesa de plástico con sillas igualmente de playa, de esas que se compran para las terrazas de las casas de segunda residencia y con un mantel de papel, de esos a cuadrados blancos y azules, Sobre el mantel, vasos “duralex”, platos de loza lisos y blancos y una servilletas blancas de papel que rodean a un tenedor y a un cuchillo del “todo a 100” con el mango de PVC.

Viene un camarero para servir las bebidas, como en los antaño merenderos, las marcas de refrescos minoritarias son las estrellas desbancando a las marcas mas consumidas, así que, o te gusta la pepacola o te jorobas porque cocasoca no hay.

Y amigos/as, empieza el espectáculo, empiezan a salir camareros con raciones /tapas cantando aquello que llevan en el plato, por ejemplo, que llevan calamares a la romana, el camarero con 4 o 5 platos de calamares se pasea por las mesas gritando, si gritando: ¡calamares!, que llevo calamares, ¡al rico calamar romana!, ¡calamares!, calentitos y recién hechos ¡calamar romana!, y así sigue hasta que en una mesa le dicen ¡aquí!, ¡ponme uno!, en fin cualquier indicación que haga que el camarero te sirva un plato.... Ojo con los gestos, como pase el de los calamares por al lado y levantes la mano para saludar al de otra mesa, zas, calamares en la mesa que te dejan.

Y esto sigue así con los mejillones, la hueva, el pulpo, la puntilla y todas las tapas de origen marino que os podéis imaginar.

De repente, vuelve a salir el ambiente berlangiano y me veo paseando en la mesa a un tipo, pantalón negro, camisa blanca, semicalvo por arriba y pelos largos de los laterales y nuca con rizos, armado con una guitarra cantando rumbas por las mesas, no veas que horroroso, como tiene que cantar el hombre para que se le oiga por encima del rumor del restaurante y los gritos de ¡calamares!, ¡puntilla!, !llevo la hueva con mayonesa!. El caso es que no lo hace mal, pero en el lugar y los gritos desluce un poco.

Cuando termine de comer, cuando creía que todo hubo pasado y volvería a la España del siglo XXI, para rizar el rizo, uno de los camareros, libreta en la mano y armado con un bic, iba por las mesas y ofrecía su servicio ¡y yo, cobro!, si, si, el tío solo cobra de mesa en mesa, le llamo, mira la mesa y hace como si cuenta los platos y las botellas, supongo que el sistema es (X€ * plato)+(Y€*botella)=cuenta, aunque yo dudo que realmente cuente y mas bien se inventa el cobro mas o menos viendo el volumen de trastos en la mesa.

Las tapas, inmejorables, recomiendo la visita. El restaurante se llama “El Tintero”

Ostras se me olvidaba, lo mejor “el espeto”, sardinas asadas a la brasa, se comen con la mano.

3 comentarios:

kalidoscopi dijo...

Ostres! ha de ser un comedero genial. Auténtico 100%. Y si además la comida es buena!
Cuando vaya por ahí no dejaré de visitarlo.

Jo mateixa dijo...

Yo también me apunto a la visita. Guardadme sitio que voy!!!

Anónimo dijo...

Consejo; cuando se visite la Málaga cachonda la del pescaito frito en cucuruchos de papel, se pidan unos fideos fritos, acompañado con rebujito "superior".
Los prové en la feria del mediodia en el real y busquen la "peña el bastón" es otro mundo no visto.
Es que lo que no te pase en Andalucía no te pasará en ningun sitio.

una de Almería