Auch, el circo, D´Artagnan y los derechos ciudadanos.

100 metros desde la puerta hasta el altar, esto es lo que mide la Catedral de Santa María de Auch, sita en la capital de la Gascuña, en el mismo pueblo donde vivió el verdadero Charles de Batz-Castelmore, Conde de Artagnan, capitán de la Guardia de Mosqueteros y que Alejandro Dumas inmortalizara en su obra “Los Tres Mosqueteros”

Podría hablaros de sus vidrieras, magnificas, creo recordar que hay como una veintena de ellas, o el coro, de madera, muy parecido al de la catedral de Barcelona en cuanto a concepción. Y como no, de su órgano, atribuido a la familia Joyeuse, que a la sazón son los autores de los órganos de iglesia de la mayoría de las catedrales al sur del Canal du Midi y al norte de los Pirineos.

Pero hoy quiero hablar de otra cosa, fijaos bien el la foto de la torre derecha. Ya se que es de baja calidad, pero es que la tome con la cámara del móvil. ¿Veis un cartel arriba?. Pues anuncia un circo.

Que curioso que en el país del laicismo de estado, de la ley 1905 de separación de Iglesias y Estado donde las iglesias, salvo el caso especifico de los meapilas de Alsacia-Lorena no reciben ni un céntimo de euro del estado, en este país laico, la iglesia apoya la cultura anunciando un circo que, ademas, se aloja en la plaza de la Catedral. El único país donde no se le da un duro a las Iglesias, la iglesia mayoritaria en vez de ser un circo en si misma, apoya publicitariamente un espectáculo para niños y grandes.

El laicismo en Francia, se basa en la ley antes citada donde se estipula que el Estado francés ’asegura la libertad de conciencia’, ’garantiza la libertad de culto’ y ’no reconoce, ni subvenciona ninguna religión’.

Lo he dicho siempre, nos llevan 200 años de ventaja, desde que se deshicieron de Luis XVI (aunque de un modo un poco drastrico) y después de el mas de medio siglo de imperios, monarquías y repúblicas fallidas, hoy en día son la cuna de ideas que deberían ser, la base del entendimiento social, como la declaración de los derechos del hombre y el ciudadano.

La declaración de los derechos del hombre y el ciudadano es un texto atemporal, único y trascendente, que recomiendo su atenta lectura y que es la madre de otros textos políticos y sociales de gran envergadura como la Declaración Universal de los Derechos Humanos o la constitución de los EEUU de América.