lunes, 10 de diciembre de 2007

La lonja de la seda o de los mercaderes.

Quien diría que la obra maestra del gótico español no es religiosa.

El gótico, que ha dado a nuestra Europa, la identidad común que solo puede dar el arte constructivo, que lleno nuestras ciudades de arbotantes, bóvedas, columnas y crucerías. El mismo espíritu que unió Durham con Cuenca y Valladolid con Nicosia el espíritu del fervor medieval de elevar templos, ese mismo espíritu tan próximo a la religiosidad oscura y opresora que todo lo invadía, se dio la vuelta en mi tierra natal.

Los comerciantes valencianos, querían huir de las practicas usureras y restrictivas de las religiones dominantes, por ello, elevaron una obra civil a libertad de comercio, a la libertad de intercambio mas allá de controles absurdos, eran los liberales de la época.

En su frontispicio se declara:

«Casa famosa soy en quince años edificada. Compatricios, probad y ved cuan bueno es el comercio que no usa fraude en la palabra, que jura al prójimo y no falta, que no da su dinero con usura. El mercader que vive de este modo rebosará de riquezas y gozará, por último, de la vida eterna.»

En este edificio, se crearon los primeros cambios de moneda con las paridades establecidas, se generaron las letras de cambio (Vale Amberes, tu creaste la bolsa, Vale Londres tu inventasteis las acciones, pero Valencia tiene las letras de cambio que se usan mas y mas popularmente)

Me lleva este texto a recordar ahora la justicia plenamente probada de otro estamento valenciano, el tribunal de las aguas (para otro día).

Justo enfrente, nació el mercado central, un mercado al nivel del de la boquería de barcelona o del Paffstals de Bremen. Y justo detrás, un curioso barrio, cuyas calles, rodeadas por una vía romana y la calle de los caballeros, cada una de ellas estaba y está dedicada a un oficio artesanal, Zapateros, Cesteros, Tejedores, Zurradores, Traperos, Llanteners (ni idea de como decir esto en Castellano), Zapateros y la que mas me gusta a mi, Comediantes.

La lonja de la seda, la obra maestra del gótico español, para mi alegría, no es un templo religioso, es un templo al bienestar y al ganarse la vida dignamente y en libertad. Y esta en la tierra que me vio nacer.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Llanteners

Lampista. Ya te vale

Rafa